Estar entre los 1,000 afortunados poseedores de Google Glass conlleva incontables beneficios pero también uno que otro compromiso, incluido el de no revender el dispositivo. De hacerlo, la compañía podría desactivar el sistema, dejando un aparato inservible. A pesar de todo, hay Glass Explorers que están colgando su ejemplar en eBay, bajo la premisa de “regalar el derecho de que alguien lo compre”.
Y es que la iniciativa de Google para distribuir Glass comenzó hace meses, por medio de un concurso en Twitter y G+ en el que la gente debía dar razones de porque merecían adjudicarse las gafas de realidad aumentada. Sólo un millar de individuos fue seleccionado, ese grupo recibió el nombre de Glass Explorers y en el transcurso de las próximas semanas estarán recibiendo su tecnología portable, claro, después de haber pagado la no tan insignificante suma de $1,500 USD.
Google Glass está en fase experimental, tanto que los desarrolladores aún no pueden redituar de su trabajo
La mayoría de los ahora dueños consideran que tener Glass es un privilegio, pero la opinión no es generalizada, hay quienes comienzan a arrepentirse de tan fuerte inversión, como en el caso de un estudiante universitario que se hace llamar Ed, quien prefirió recuperar el dinero para reinvertirlo en su carrera. Para su mala fortuna, los activistas de Google boicotearon la subasta, fijando precios estratosféricos –de hasta $95,000 USD– que al parecer nadie estaba dispuesto a pagar.
Según Kevin Dietz, de la universidad tecnológica de Georgia y uno de los principales opositores de esta campaña de vendimia, “ser un usuario de Glass implica enormes responsabilidades, no es acerca de dinero sino de tener tecnología futurista y usarla con sabiduría”.

Ed no fue el único explorador dispuesto a vender su unidad Glass, también una usaría que se identifica como carole226 en eBay. En este otro caso las circunstancias se dan diferente, pues la vendedora anónima dice que no está vendiendo el aparato en sí mismo, sino que está transfiriendo los derechos de comprar de Google. “Sería una violación a las reglas si ya tuviera las gafas en mis manos, pero aún no las tengo; quiero que sea alguien más el que las posea por primera y única vez”.
En los términos de uso de Glass se especifica que los usuarios no pueden revender, prestar ni transferir el dispositivo sin consentimiento expreso de Google y que de darse el caso, la compañía está en pleno derecho de desactivar la interfaz para que no pueda ser usada por nadie más, sin derecho a reembolso, soporte o garantía. Queda ver cuál es la respuesta de Google y si actuará con mano dura.
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